jueves, 8 de octubre de 2009

190

Tres asaltos simbólicos representados por unos pitidos especialmente incómodos fue lo que duró el despertador digital antes de hacerse añicos contra el gotelé de la pared del dormitorio. Gruñendo y maldiciendo repetidas veces, su propietario se incorporó con movimientos torpes de la cama y examinó los restos del quinto reloj del mes, cuyo pedazo mas grande se veia adornado por un post-it en el que podía apreciar su propia letra formando la frase “Ni se te ocurra romper este, maldito capullo inutil”. Pensó con dificultad en la posibilidad de comprar alguno diseñado específicamente para resistir golpes, como uno que creía recordar haber visto en algún anuncio especialmente absurdo despues del telediario, pero la descartó rapidamente. Realmente era una buena forma, aunque algo cara, de desfogarse en un mal despertar. Tenía la seguridad de que si algún dia de los que se despertaba con ese humor no rompía algo antes de salir de casa lo haría con la mandíbula del primero que le pidiera la hora. Bastante tenía con aguantar todos esos sueños estrambóticos que parecían salidos de una alucinación propia de alguien que hubiera ingerido ácido. Prácticamente todos los dias se despertaba entre sudores con un torbellino de nombres e ideas que no eran suyas propias invadiéndole la cabeza. Sephiroth, Jénova, la corriente vital, ese coro de voces llamándole continuamente, el repentino deseo de partir hacia el norte… Era francamente molesto. Con gestos perezosos, se incorporó y tiró de la cuerda que abría la persiana. Ni una sola rendija de luz natural se coló por la despejada ventana. Ni siquiera había amanecido y no se podían apreciar los únicos minutos en los que el astro rey iluminaría los suburbios de la ciudad con el desequilibrio económico mas grande del mundo, antes de desaparecer por encima de la placa para bañar de luz a todos aquellos a los que la vida sí sonreía. Un ligero brillo rojizo se colaba por el borde de la placa, visible desde el apartamento bajo el sector 2 en el que se encontraba. No hacía falta estar muy puesto en actualidad para saber de donde venia. Venia de ese. Si, ese. Ese puto montón de roca espacial incandescente que el sabía que iba a impactar contra el planeta. Ese Sephiroth que tanto le llamaba lo había invocado para destruir todo. Muy simpático el. Apartó la mirada de la ventana y, desprendiendose de sus calzoncillos, se metió en el baño rumbo a la ducha. Cinco minutos después el espejo le devolvía la misma imagen de cada mañana. El verde esmeralda característico de los ojos de SOLDADO se fundía con el marrón caoba que su madre le había otorgado. Se pasó la mano por su cabeza, donde unas pronunciadas entradas se dibujaban entre la ligera pelusa de su rapada cabellera. Un dia mas, pero todo sigue igual, se dijo a si mismo. Contuvo las ganas de golpear al clon que le devolvía la mirada mas allá de la delgada capa de plata y aluminio sobre el vidrio y volvió a su habitación, dispuesto a ponerse su uniforme.




- ¡Brunetti! ¡Nimasso! ¡Por la derecha! ¡Clover! ¡Ruhama! ¡Por la izquierda! ¡Spark! ¡Jeriel! ¡Guardad la entrada y no dejeis escapar a nadie! ¡Al menor movimiento comunicadlo! ¡Si os superan en grupo retroceded hasta la entrada! ¡Ninguno de los que estan ahí dentro puede abandonar este puto edificio mientras su corazón lata! ¡Vamos allá!

Los SOLDADO de 3º se desplegaron a una velocidad muy superior a la habitual de un humano a la orden del primera clase, empuñando sus espadas reglamentarias y maniobrando con agilidad por los estrechos pasillos del edificio. En la entrada, Johan escupió al suelo con amargura y se sentó apoyándose en la cara exterior de la pared, mirando con desgana la placa superior sobre su cabeza.

- Johan, no seas capullo.
- Tio, sabes tan bien como yo que nadie va a aparecer por esta puerta aparte de los otros cinco cubiertos hasta arriba de salpicaduras de sangre – Sacó de su bolsillo un cigarrillo y se lo puso entre los labios.
- Como el capitán Grey se entere de que te has pasado la misión fumando sentado tranquilamente mientras el resto están luchando… - Daithi suspiró, estaba mas que acostumbrado a la actitud de su compañero y amigo, pero no podía evitar reprocharsela cada vez. Intentaba actuar como su conciencia, ya que la original parecía haberse tomado unas largas vacaciones.
- De entrada, el excelentísimo capitán Grey puede meterse su opinión al respecto por su perfecto culo de primera. Para seguir, esto no es una misión Dai, lo sabes perfectamente, es una puta masacre. – Encendió su cigarrillo y dio una amplia calada antes de continuar. – Ahí dentro hay diez personas, posiblemente desarmadas, cuyo máximo delito fué matar a uno de los nuestros tras que este hubiera aniquilado a unas quince o veinte personas mas.
- El SOLDADO solo estaba defendiendose, la masa de gente se le echó encima.
- Porque están desesperados joder. Son los putos suburbios del sector 8, no hace ni tres meses que un grupo de primeras enloquecidos carbonizaron a una comunidad entera. No quieren vernos ni en pintura, nos odian y no entienden que hacemos en Midgar mas que matarnos entre nosotros. Todo el mundo se está volviendo paranoico, hace tiempo que Meteorito dejó de ser un punto brillante en el cielo, ya es casi mas grande que el sol, y hay Armas vagando por el puto mundo causando estragos. La televisión y la prensa principal están manipuladas por ShinRa y no dan evidencias de peligro alguno, pero aquí abajo la gente lee el Midgar Lights, insilenciable y verídico casi en su totalidad. – Apartó la mirada de la placa, mirando directamente a los ojos de mako de su compañero.- He leido el informe de lo que pasó, el SOLDADO de marras debió pasarse de la raya con la Materia fuego y quemó practicamente toda una calle para acabar con uno de los locos. La gente no supo diferenciar entre cuerdo y demente y atacaron a aquel que vieron que destruía todo. Esto no es Le Renard Blanc, aquí estan las personas mas puteadas, pobres, amargadas y con el instinto de supervivencia mas desarrollado de todo Midgar. No quisieron matar a alguien gratuitamente, simplemente el miedo pudo mas que la pobre moral a la que estan acostumbrados. Y ahora van a ser masacrados por ello.

El silencio se adueñó de la situación, Daithi se fijó en un par de vagabundos que pasaban arrastrando un carrito al otro lado de la calle, no sabría distinguir si su mirada era de odio, de miedo o de una mezcla muy equitativa de las dos. Su compañero, ajeno a ellos, retomó la palabra con una voz que evidenciaba un cabreo en aumento.

- Y ademas ese capullo de Grey, con el pecho tan hinchado por su nuevo cargo que no se como cabe en su puto uniforme de primera clase recien estrenado, va y reclama seis soldados para una misión de matar civiles. ¡Seis! Ese mariconazo podría destripar a todos los que hay dentro con un cepillo de dientes mientras se depila las piernas. Dos de nosotros nos sobraríamos para esta misión. No se como no se la han encargado a los Turcos.
- Hay muy pocos Turcos ahora mismo, están reclutando nuevas remesas para solucionarlo. SOLDADO cuenta con bastantes efectivos actualmente, especialmente terceras y segundas.
- Y precisamente por eso están ascendiendo a capullos como Grey. – Johan escupió nuevamente a su derecha antes de volver a dar otra calada de su cigarrillo y apagarlo contra el esputo. – Por favor, en que coño están pensando. Ese chico que subió hace unos meses a segunda, Alban, tiene mas cabeza que siete como él juntos. Grey no es mas que una puta mula que corta por la mitad lo que le pongan delante.
- Pareces resentido con el tema de los ascensos, pero si no fuera por el reclutamiento masivo por el estado de excepción tu y yo seguiríamos siendo PM’s. – Daithi había sido compañero de trabajo de Johan desde hacía once años, cuando hicieron la instrucción juntos.
- Sinceramente, no sabria decirte si lo preferiría.
- No entiendo por qué, estamos en la élite de combate de la ciudad mas desarrollada del mundo, se nos respeta y se nos paga cuantiosamente, además de la fuerza que adquirimos gracias al Mako. ¿Recuerdas a ese tio tan prepotente que solia ir en nuestro grupo de acción cuando eramos PM? ¿William? Ayer le partió la cara un tio cualquiera al que retó en un callejón. ¿Qué razón hay para no ser SOLDADO? Es un privilegio que muy pocos alcanzan.
- El Mako no solo da fuerza. A mi me da unas pesadillas de cojones.
- Tu tambien lo escuchas, ¿No? Lo cierto es que ultimamente…

La frase fue interrumpida por el ruido que la ventana bajo la que estaban situados hizo al romperse. Una de las personas del interior del edificio había saltado por ella huyendo de la masacre que se estaba produciendo dentro. El hombre, de unos cuarenta años, cayó al suelo bruscamente pero consiguió levantarse con rapidez, ignorando el dolor por la adrenalina. Miró un segundo con el terror reflejado en sus ojos a los dos SOLDADO, uno de los cuales se estaba levantando del suelo tambien. Sin pensarselo, salió corriendo a trompicones como mejor pudo. Su trote no duró mas de cuatro segundos, un fuerte ardor recorrió la espalda del desdichado y avanzó en su interior. La pobre victima pudo apreciar justo antes de que sus ojos se cerraran para siempre como la punta de una gigantesca espada salía de su pecho, atravesando su columna y la caja torácica. Johan Jeriel aguantó la espada en el mismo sitio soportando el peso del cadaver unos instantes, despues la sacó de su cárnica funda para devolverla a la original, en su espalda. El peso del cuerpo al caer fue bastante desagradable. Gruñó con desgana y volvió a su sitio, aunque esta vez no se sentó, solo se apoyó en la pared. Su compañero, siempre serio, le miraba sin mostrar mucha sorpresa, pero habló con su tono neutro habitual de todos modos.

- Por un momento pensé que le dejarías escapar.
- Grey es un retrasado que no diferenciaría un bolígrafo de un consolador, pero ni siquiera el se creería que una persona normal y corriente hubiera podido escapar de dos SOLDADO, por muy de tercera que sean. Esto es mi trabajo, mi puto trabajo, nunca fue mas de eso. Que le jodan a la generala en su discurso de promoción con lo de “SOLDADO antes que persona”, que le jodan a Sephiroth y a su Meteorito, que le jodan al Mako, a la corriente vital y al puto mundo. ¿Salen de una jodida vez o qué? Quiero irme de este puto sitio ya.




El día estaba resultando una auténtica tortura. Primero los suburbios del Sector 8, luego casi cinco horas de mierda patrullando los restos del Sector 7 en busca de un enloquecido de segunda que según el informe se le había visto sembrando el caos por ahí, para al final no encontrarlo. Despues de una pausa para comer de diez minutos llegaron las sesiones de Mako habituales y un entrenamiento extremo para los de tercera y segunda. Para colmo durante la parte del entrenamiento de lucha otro SOLDADO se había resentido al perder una pelea contra el y le había intentado atacar por la espalda al salir del ring, con la consecuente rotura de su tabique nasal al estrellarse el codo de Johan contra el. Como castigo por agredir a un compañero, le había tocado hacer guardia nocturna en el reactor numero tres, una tarea que normalmente les tocaba a dos o tres PM. Y ahí estaba el, recordando a su amigo hablar con cierto orgullo de que eran la flor y nata del ejercito de la mejor ciudad del mundo, mientras se encontraba en un trabajo propio de un vigilante de una empresa de seguridad de tres al cuarto. Atacó su cuarto café de la noche, luchando contra el sueño que poco a poco se iba haciendo mas evidente en su cuerpo. A sus treinta y dos años de edad, tenía que convivir dia a dia con miembros de SOLDADO mucho mas jóvenes que el, la mayoría monísimos de la muerte, con peinados estrafalarios y mas mako del que sus cerebros aguantaban. Realmente lo único que salvaba a su trabajo de ser una puta mierda aparte del dinero era la compañía de Dai, que a pesar de ser un tipo jodidamente serio y tranquilo había demostrado a lo largo de los años ser un buen amigo. No era el tipo de tio que amenizaba una velada, sino mas bien de los que calla, escucha y responde cuando le preguntan con cruda sinceridad. Eso a Johan no le importaba lo mas mínimo, casi lo prefería. Despues de todo, con los indecentes turnos de trabajo a los que le somentía SOLDADO poco tiempo podría tener para salir de fiesta, no hablemos ya de ganas. Un par de visitas semanales al foso para hablar con su amigo y apostar algo de pasta eran mas que suficientes para el. Si había algo que caracterizaba a Johan, aparte de su mal despertar, era el hecho de ser una persona de gustos sencillos. Ganaba una pasta mas que considerable, pero el seguía en el piso de los suburbios que había heredado de su padre, fumaba la misma marca de tabaco cutre de siempre y no tenía mas gastos que el de la televisión por cable y alguna prostituta de vez en cuando. Una vida algo decepcionante para una persona normal, y muchísimo para un SOLDADO, pero a pesar de estar en el cuerpo de élite del ejercito Johan se seguía considerando una persona normal, y se cagaba en todo aquel compañero de trabajo que se sintiera superior solo por poder matar mucho mas efectivamente que un ser humano común. Todo en el discrepaba con la actitud de un SOLDADO habitual, incluso el Mako le afectaba menos que al resto, sus ojos ni siquiera habían abandonado totalmente su color inicial.
Un sonido metálico hizo levantar la vista al tercera del vaso de plástico que contenía el café. Guardando silencio, esperó a ver si se producían mas ruidos extraños. Y así fue. El ruido de unos pasos, totalmente inperceptibles si no se escuchaba con atención, avanzaba por el piso superior. Johan se incorporó, tomando el mango de su espada reglamentaria con su mano derecha, mientras con la otra se apoyaba en la mesa. Solo era una persona, a juzgar por la cantidad de pisadas y su frecuencia. Fuera quien fuera, estaba caminando por la sala del cableado auxiliar de energía, y eso solo significaba que no quería ser visto. Se fijó en el plano que había en la pared y se dirigió a la habitación por la que preveía que iba a salir el intruso: Una sala de operaciones para regular el flujo de energía. Subió las escaleras con celeridad, pero manteniendo el sigilo. Llegó a la sala casi a la vez de que las pisadas llegaran tras la puerta con el letrero de Alta tensión y un ligero sonido metalico empezara, signo de que se estaba forzando la cerradura. Johan desenfundó la espada y esperó a que terminara su labor, pegado a la izquierda de la puerta y escuchando atentamente por si llamaba a algún complice por el movil o desistía. Finalmente, con un ligero chirrido, la puerta se abrió, ocultando al SOLDADO de la vista del intruso. Con un rápido movimiento, Johan cogió el manillar y empujó la puerta de modo que golpeara al distraido. El sonido del golpe y un quejido evidenciaron la efectividad de la maniobra. Echandose a un lado, el SOLDADO bordeó la puerta y quiso poner la espada en el cuello del tipo, pero al verlo se sorprendió. La persona a la que había derribado era una chica que dificilmente superaría la veintena, la cual se tapaba con las manos la brecha que se había formado en su frente por el golpe y contenía las lágrimas de dolor. Esta le dirigió una mirada rápida y al ver su uniforme palideció. Pasaron así tres segundos, mirándose el uno al otro con incredulidad. Finalmente la chica reaccionó, llevandose la mano a la espalda. Johan fue bastante mas rápido que ella y le sujetó el brazo, retorciéndoselo para que soltara la pistola que acababa de agarrar. Ella gritó e intentó soltarse pero cuanto mas lo intentaba mas daño se hacía. Sin salir del todo de su estupor, Johan le arrebató la mochila a la chica y utilizó las esposas que colgaban de su cinturón para sujetarle las manos a la espalda por detrás de una tubería cercana, inmobilizándola casi totalmente. La chica no dejó de gritar e intentar resistirse en ningún momento.

- ¡JODER! ¡Sueltame cabronazo! ¡Sueltame! ¡Pedazo de hijo de puta! ¡Un puto SOLDADO ni mas ni menos! ¡Me cago en tu puta madre sueltame desgraciado! ¡Que te jodan! ¡Vete a…!

La tanda de insultos se continuó a lo largo de varios minutos, tiempo en el cual avisó por radio al departamento de de investigación administrativa. Turk, para los amigos. En quince minutos llegarían dos miembros de la unidad a llevarsela. Vaya con la niña, pensó mientras volvía a mirar el contenido de la mochila. Un cargamento de unos diez kilos de explosivo unido a un temporizador, todavía sin activar. No era suficiente para volar un reactor entero, pero si lo bastante para dejarlo inutilizado una buena temporada. Examinó la pistola: Una Giordano. No tenia muescas en la boquilla ni arañazo o mancha alguna en la superficie, por lo que dedujo que debía ser muy nueva. Lo más probable es que la chica no hubiera pegado un solo tiro en su vida. Esta dejó de gritar, para pasar a sollozar entrecortadamente. Johan la miró y ella apartó la mirada, intentando no mostrar debilidad. Era bastante bonita, con el pelo rúbio ondulado cayéndole hasta los omoplatos y unas facciones muy agraciadas. Se preguntó que demonios llevaba a una chica tan joven y bonita a intentar dinamitar un reactor, enfrentándose a la compañía mas poderosa del mundo.

- ¿Y ahora que? ¿Vas a matarme tú o lo harán los amigos a los que has llamado? – El llanto se transformó en una risa amarga. – Quedará genial en los medios de comunicación. Ya lo imagino. “Valiente miembro de SOLDADO impide una acción terrorista llevaba a cabo por un grupo de jóvenes trastornados. La única superviviente será ejecutada públicamente.”
- Mira niña, no me toques los cojones. Has intentado cargarte el recurso energético de una octava parte de la ciudad de forma pésima y yo te he detenido. Solo estoy haciendo mi puto trabajo.
- Oh, y estarás orgullosísimo de tu trabajo, ¿Verdad? “¡Mirad! ¡Ahí va uno de los salvadores! ¡Un héroe de Midgar!” – Dijo en un tono irónico, exagerando mucho los elogios. - Seguro que te haces pajas con la foto del SOLDADO de pelo canoso ese, Sefiros o como coño se llame y te corres cuando piensas en llegar a ser igual que el. – El llanto, la risa, o lo que fuera cesó. La chica le mostró una mirada tras los restos de las últimas lágrimas que evidenciaba un desprecio total. No le temía, no le odiaba, le veía como si fuera la cosa mas detestable, inferior y asquerosa del mundo. Johan empezó a cabrearse por la insolencia de la niñata, podría haberla cortado por la mitad y nadie preguntaría nada y lo único que hacía ella es provocarle y despreciarle.
- Al menos no soy tan patético de intentar bombardear un reactor yo solo. ¿Qué esperabas? ¿Una alfombra roja hasta la sala principal? Mucho te debe poner el rollo antisistema para intentar imitar a unos terroristas asesinos tu sola, niñata de los cojones.
- ¿Asesinos? ¿AVALANCHA? ¡Y una mierda! – La ira se apoderó de la chica, la cual retorció los brazos tras la columna y se zarandeó, sin resultado alguno. – AVALANCHA son las únicas personas que intentaron mover un puto dedo contra la injusticia y la tiranía en esta puta ciudad, ¡Y para acabar con ellos, pedazo de hijos de puta, destruisteis un sector entero! ¡Y me vienes llamándolos asesinos a ellos pedazo de comemierda mutante de los cojones!

Esto ya rozaba lo absurdo. La niñata tenía que tener heces de bégimo en lugar de cerebro para pensar que la mayor catástrofe en la historia de la ciudad había sido provocada por la compañía que la gobernaba. Se descubrió a si mismo discutiendo con una persona a la que sacaría mas de diez años y se calmó. Decidió dejar las cosas claras y no volver a hablar con tal idiota.

- Mira criaja, no se que mierda de rumores has escuchado pero tienes que estar jodidamente mal de la cabeza para creertelos. No pienso seguir di…

La cria en cuestión interrumpió su frase. Había empezado a reirse a voz en grito, una risa cruda, ligeramente forzada pero no del todo. Johan acabó de convencerse de que, realmente, tenía algun tipo de problema cerebral.

- ¡Rumores! ¡Rumores dice! Dios… - Cesó su risa - ¿Asi que no sabes realmente para quien trabajas? Te lo voy a decir: Trabajas para la mayor puta panda de asesinos, manipuladores, tiranos, criminales, villanos e hijos de puta jamas existida: ShinRa S.A
- Para empezar, no trabajo para ShinRa, trabajo para el ejercito que es independiente de…
- ¡Oh si claro! Y es una puta casualidad de que el Presidente de esta nuestra bella y perfecta ciudad sea a la vez el directivo de la empresa mas poderosa del mundo, ¿Verdad? Vosotros, pedazos de mierda uniformada, no luchais por la justicia, no luchais por la ciudad, luchais por los putos intereses de una compañía. Y esa compañía no conoce límites a la hora de exprimir, ya sea a la energía del planeta como a cada puta persona que habite en este. ¿Quién controla los putos bancos principales, listillo? ¿Quién controla la economía? ¿Quién maneja los medios de comunicación? ¿Quién está al mando de la investigación y el desarrollo tecnológico mundial? ¿Quién está al mando de todas las putas ciudades de este planeta entonces? – Johan no supo contestar, se sentía estúpido frente a una jodida cria de veinte años - ¿Y que pasa cuando un gobierno se resiste a pasar por el aro? ¿Eh, calvorota? Te lo diré, provincia de Hanado, año 1992. ¿Te suena? En todos los medios de comunicación dijeron que Wutai empezó la puta guerra bombardeando un barco de nuestro gobierno. ¡Y todo el mundo se lo cree! ¡Una puta provincia que en su vida había querido saber nada del mundo y que se basa en tradiciones arcaicas, conceptos como el honor, la sabiduría y el respeto, ¡Y todo el mundo se traga que de pronto les ha dado por declarar la guerra a la ciudad mas desarrollada y poderosa del mundo! ¿Pero tu eres idiota? ¿En serio sigues creyendo que luchas por la justicia? No eres mas que el último puto tentáculo de la compañía que está matando al planeta y a la gente por el dinero, ¡Eres la puta espada en manos de el asesino mas despreciable que jamás haya existido y que deja que le metan Mako por el culo para hacerse mas fuerte y poder matar mejor! No eres un ser humano, eres escoria, ¿Me oyes? ¡ESCORIA!

El corazón de Johan latía muy fuerte, no podía entender exactamente que le estaba pasando a su cuerpo, pero era como si acabara de encontrar el sentido a muchas cosas. Lo que esa chica estaba diciéndole no dejaba de ser una verdad detrás de otra, pero su cerebro simplemente nunca se había parado a pensarlo. ¿Sería realmente cierto? ¿Sería esa la razón por la cual odiaba su trabajo, su vida y era incapaz de ser feliz desde hacía tanto tiempo? Levantarse cada mañana y sentir como su vida no tenía mas sentido que el de trabajar matando a la gente que le mandaban, volver a casa, ver las noticias que la misma gente que le decía a quien matar dirigía, dormir y que todo volviese a empezar… ¿Cómo no se había planteado nada de esto antes? Pero algo seguía sin encajar…

- Pero… - Tragó saliva, sin terminarse de creer la situación en la que se encontraba. - ¿Qué gana ShinRa derribando un sector entero de su propia ciudad?
- De entrada acabar definitivamente con el grupo de personas que mas ha llegado a amenazarles jamás, y para seguir, los impuesto subieron casi un treinta por ciento para paliar los daños de la masacre y retirar los escombros. ¿Pero has visto tu alguna puta maquina excavadora en el sector siete? Claro que no… Ni la verás nunca. ShinRa se embolsa ese dinero constantemente, exprimiendo a las personas lo máximo posible, pero le importa una mierda lo que ocurre con los suburbios, no es mas que un estorbo para ellos ya que es donde ocurren mas problemas. Toda esa gente que murió en los suburbios, incluida toda mi familia, murió para que esos hijos de puta para los que trabajas tengan mas dinero. Igual que todos los muertos de la guerra, igual que todas las personas que murieron construyendo estos reactores … Solo seré una niñata con dinamita para ti, pero al menos he intentado hacer algo para parar todo esto, al menos moriré sabiendo que jamás podria arrepentirme de lo que he hecho hoy. ¿Y tu? ¿Puedes decir lo mismo?

La respuesta era clara.

- No. No puedo.
- Pues aún estás a tiempo.

Johan miró a los ojos de la chica. Fue como mirar a una mujer por primera vez en su vida. Se dio cuenta de lo que esa persona era realmente, era la verdad, la justicia, la lógica… Era mucho mas que una niñata con dinamita, esa chica era la realidad, la primera cosa auténtica que había visto en su vida.

- ¿Cómo te llamas? – No sabía por que lo preguntaba. Era como si acabara de despertar de un sueño, y estuviera intentando recomponer la realidad. Ella era lo primero que había visto, deseaba conocerla. La chica le miraba extrañada también, vió la duda en su mirada, en esos preciosos ojos mezcla de verde y azul.
- Eve… ¿Y tú?

No pudo responder, la puerta de la sala se abrió de golpe, dejando ver a dos individuos con el traje propio de Turk. El primero, que avanzaba hacia ellos, había personalizado su uniforme, de manera que unas cuantas cadenas colgaban de uno de los remaches de su pantalón para ir a parar a su bolsillo trasero. Carecía de corbata y su camisa, con el cuello levantado, estaba desabrochada hasta el segundo botón, dejando ver parte de su pecho decorado con un llamativo tatuaje que solo se veia parcialmente. La chaqueta estaba abierta, y era algo mas corta de lo habitúal. Tenía el pelo negro engominado hacia arriba y atrás sin estar excesivamente tieso, sino cayendo ligeramente. Unas gafas de sol fijaban el pelo en su sitio. Era atlético aunque bastante delgado, y caminaba con seguridad y una expresión muy seria en su rostro. Sin embargo, ni con un cartel luminoso habría llamado mas la atención para Johan que el segundo turco, el cual se había quedado apoyado en la puerta, con los brazos cruzados. Su uniforme era el estándar, sin modificación alguna, tenía el pelo corto y canoso, era extremádamente delgado y parecía perderse en el traje. Unas gafas oscuras de cristales redondos ocultaban su mirada, pero sabía perfectamente que estaba clavada en la suya, que le estaba escrutando, como si pudiera ver mas allá de carne y hueso, como si estuviera viendo sus ideas, sus sentimientos. Su complexión física parecía deplorable, como si fuera a romperse con tocarlo, pero la seguridad de su gesto, esa media sonrisa, esa presencia… Algo en ese hombre, que parecía un espantapájaros, le resultaba temible.

- ¿Soldado de tercera Johan Jeriel? – El primero se le dirigió cuando hubo llegado a su altura. – Somos el agente Legendre y el agente Rookery. Le agradecemos su colaboración a la hora de detener a la terrorista, puede estar seguro de que sus superiores estarán al corriente de ello cuando termine de colaborar con nosotros.
- ¿Cuando termine de colaborar? ¿Que se supone que tengo que hacer? – Eso no tenía ninguna lógica, Turk y SOLDADO no se llevaban especialmente bien, y no solian colaborar salvo que fuera estrictamente necesario.
- Oh, detalles sin importancia, pura rutina si se me permite la apreciación… Espero que no tenga problema en acompañarnos y responder a unas cuantas preguntas sin importancia. Descuide, ya hemos avisado a una patrulla de PM’s para que cuiden del reactor en su ausencia.
- ¿Algunas preguntas? ¿Sobre ella? Ya les he dicho todo lo que sé en el aviso de radio. ¿Desde cuando Turk necesita de testimonios de SOLDADO para este tipo de casos?
- Verá, señor Jeriel… - El hombre mostró una ligera sonrisa – Me temo que no serán preguntas acerca de ella, sino sobre usted.

Fue entonces cuando Johan se dio cuenta de la cámara situada encima suyo, y de que su actitud respecto al discurso de la chica que ahora le miraba pidiendo auxilio no había sido precisamente la mas adecuada. Estaba jodido, estaba muy jodido. Lo mas curioso de todo es que, de camino al coche de los Turcos, al pasar por delante del extraño hombre de pelo canoso, lo único en lo que podía pensar es que aún no le había dicho su nombre a la chica.

7 comentarios:

Ukio sensei dijo...

Vamos a ser fríos y severos:

Lo primero es que yo no metería en soldado que los novatos sean top models fashion. Ya lo son en Turk y sería repetirse. Aparte, es una unidad militar, y para colmo solo los primeras van sin casco (aunque vayan como putas primadonnas).

Lo segundo son algunas pifias, como reiterar que Rookery sonreía. Lo dices cuando llega, y lo vuelves a decir con lo de "Las preguntas son sobre usted". Si no cambia el gesto, para que insistir usando las mismas palabras: Ligera sonrisa.

Otra cosa, confieso que aún no he decidido cual es su nombre, pero en el relato en el que aparece, dicen claramente que "Rookery" es un apodo.

Y el que le pegó a William no fue "un tío cualquiera".

Por último, Eve no sabe la suerte que tiene de que la cazase Johan (que no dijo su nombre, pero lo dijo Rookery), y no la cazase Kurtz.

- Hanado? Honor? Sabiduría? Tu puta madre, niñata de mierda! Honor es ponerle bombas a los niños en cajas de limpiabotas y mandarlos a inmolarse a bares de soldados enemigos? Honor es poner trampas con estacas de bambú afiladas y cubiertas de mierda para que si sobrevives te acabe matando la infección o la disentería? Honor? Me cago en...


Ains... que hermosos son los traumas de guerra.

Ukio sensei dijo...

Hostias, que se me fue la pinza.

Las cosas buenas: El nivel va subiendo, aunque a veces eres demasiado insistente en estilismos chungos a lo bukowsky, de "todo es una miera... Había un perro muerto en la acera, y yo quería violarlo, pero la sífilis no me dejó". Sin embargo, tiramos p'alante.
Creo que te va a venir bien esta trama.

HacksBits dijo...

ja muy buena historia pero podes mejorar mucho mas seguí así capo

Eld dijo...

La verdad es que los agentes de SOLDADO, al menos tal como salen en el juego, no suelen parecer modistillos, pero bueno, es un detalle menor.

Curiosamente, Johan parece lo contrario a Zack: ve su estancia en SOLDADO como un curro, a secas, y no parece estar muy a gusto con la compañía. Es SOLDADO desde otro punto de vista. Y cierta cámara le hace una gran putada...

Ukio sensei dijo...

Que no parecen modistillos? Viste a Reno? Y los del Before Crisis ya parecen la muestra de peinados de Llongueras.

Hacks, exáctamente en QUE puede mejorar?

dijo...

La verdad es que sí que pinta bien este personaje. Como dice Skeith, es otr forma de ver el curro de un SOLDADO, una más humana...Aunque vayan con chutes de Mako.

Lo de la apariencia... Es que me da la impresión de que nos hemos pasado tanto adornando a los turcos que ya no sabemos qué hacerles, con lo cual no creo que decorar también a SOLDADO sea buena idea.

Eld dijo...

No sé si me has malinterpretado o te he malinterpretado yo, Ukio, pero... según recuerdo los SOLDADO van todos con casco y más bien sobrios en apariencia. Al menos a mí no me parecen modistillos. Reno pasa, pero Reno de SOLDADO poco (en parte por suerte, quedaría algo raro atendiendo a un sargento de segunda pasando de todo, con el casco medio levantado y aire chulesco xD).

En lo de los Turcos adornados: haberlos, los hay, pero es lo que tiene. Es un departamento que mola, y cuando te haces un pj no sueles hacerle para que sea un agente Smith más. Otra cosa es que se haya exagerado. Pero bueno, lo hecho, hecho está. Con gastar menos en tinte, tatuajes y piercings para otros pjs del departamento se arregla. Vamos, digo yo xD.